Son contadas las ocasiones en que miembros o
representantes de una Gestión de Condominio dispongan del tiempo suficiente,
necesario o requerido para que la ejecución de un determinado trabajo o
actividad en la edificación residencial se realice de manera satisfactoriamente
supervisada sin que esto repercuta o menoscabe en el tiempo útil que para con
sus otras actividades y compromisos realizan también estos miembros de juntas.
Pero no es solamente el tiempo el único factor
que se requiere para que una ejecución supervisada garantice que la realización
de ese trabajo o de esa actividad cumpla con la meta establecida. En las
ejecuciones supervisadas se requiere además contar con el conocimiento y la
experiencia técnica y profesional capaz de garantizar que la ejecución se haga
de manera correcta, cumplimiento así con lo previsto en su requerimiento evitando en lo posible las interrupciones o las demoras en la
continuidad y desempeño del trabajo.
Entre un 15 a un 25% se sitúa el rango de probabilidades
en que durante la ejecución de un trabajo o actividad puedan surgir eventos o
factores técnicos no favorables e imprevistos o -según su complejidad- inesperados, en los
cuales bien sea esa empresa, esa contratista o ese particular que en la
prestación de sus servicios esté a su cargo la realización de ese trabajo o
actividad requerirá -en el momento preciso- contar tanto del apoyo como del aporte y análisis
de otras alternativas que permitan, ayuden y contribuyan a la resolución del
problema, que favorezcan el avance y no el estancamiento o retraso en los
trabajos; requerirán adicionalmente contar con la confianza y la seguridad del debido consentimiento, así como de la aprobación final para su continuación.
La ausencia de estas condiciones conducen por
lo general a dos vertientes comúnmente presentadas: 1.- incurrir –en el mejor
de los casos- en la paralización temporal hasta contar con la presencia de
algún miembro o representante con el cual poder llegar a una posible
alternativa, solución y aprobación ó 2.-
la empresa no espera sino que resuelve -a modus y criterio propio- aunque esta manera pudiera no ser
la más indicada al no cumplir o satisfacer –a la larga- con las expectativas
del requerimiento…. y hasta incluso -porque
no mencionarlo- que no se adapte o no evidencie
ser cónsona con el gasto incurrido.
Garantizar el avance en los trabajos, su
correcta ejecución y el cumplimiento con la expectativa requerida amerita su dedicación en cuanto al tiempo, del conocimiento y la experiencia en materia técnica
que hacen de las ejecuciones supervisadas la mejor alternativa a la hora de
emprender mejoras, arreglos, reparaciones, optimizaciones o adecuaciones dentro
de la instalación residencial.
Contando cada una con sus variantes en su forma y procedimiento son la inspección, la supervisión y la fiscalización parte del grupo de disciplinas que conforman una ejecución supervisada.
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